Como ilustra de forma brillante Anna Forés: "el proceso resiliente es parecido a la creación de una perla dentro de una ostra. Cuando un granito de arena entra en su interior y la agrede, la ostra segrega nácar para defenderse y, como resultado, crea una joya brillante y preciosa".
¿En qué se parece una persona a un submarino?
Para desvelar este enigma vamos a partir del concepto de resiliencia. Esta palabra aparece por primera vez en la física y en la ingeniaría de materiales, y se define como la capacidad de un material para volver a su forma original después de haber sido sometido a una presión deformadora. También se utiliza mucho con el objetivo de medir la capacidad de resistencia de los submarinos para soportar la presión del agua al sumergirse en diferentes profundidades, recuperándose al emerger.
Se sabe que ningún submarino tiene la misma resiliencia que otro, e igual pasa con los seres humanos.
Todas las personas somos únicas e irrepetibles, también en la manera de superar la adversidad.
La madre de la resiliencia
La psicóloga americana Emmy Werner es reconocida como la creadora del concepto resiliencia aplicado a las personas. En 1982, junto con Ruth Smith, realizan un fantástico estudio con 700 niños de una isla de Hawai, a los que se siguió durante más de 30 años. Estos niños provenían en su mayoría de familias pobres y con dificultades.
A una tercera parte de estos niños (más de 200) se les clasificó como de "riesgo" por haber sido expuestos durante los primeros años de vida a 4 factores de riesgo:
- Violencia familiar.
- Alcoholismo de un miembro de la familia nuclear.
- Problemas serios de salud.
- Enfermedad mental de algún familiar.
Cuando se examinó la situación de estos niños de riesgo con 18 años, 2/3 partes de los mismos habían presentado diversas dificultades: embarazos precoces, enfermedad mental, delincuencia o problemas de aprendizaje.
En cambio, 1/3 parte de estos niños había evolucionado bien. Y podían considerarse niños sanos y con un desarrollo positivo.
Sólo en la medida en que nos exponemos a la aniquilación una y otra vez podemos hayar en nosotros aquello que es indestructible. Pema Chödron
Claves para ser más resiliente
"¿Cómo entra la luz en una persona? Si la puerta del amor está abierta" Paulo Coelho.
Werner trató de identificar qué características tenían los niños que a pesar de sufrir situaciones muy duras en la infancia y durante su vida, eran capaces de tener una vida feliz y normalizada. Y descubrió que había un factor común en cada uno de ellos: todos habían tenido una figura de apego segura, una persona importante (en algún caso había varias), no necesariamente los padres, que había proporcionado el afecto, la comprensión y la aceptación que todos necesitamos. Es lo que Cyrulnik llama un tutor de resiliencia.
Por eso, un buen comienzo de la vida no determina un buen final, pero tampoco un mal comienzo determina un resultado vital desfavorable. Cyrulnik (2002)
Además de ese vínculo de apego seguro, se han identificado 9 capacidades que nos pueden ayudar a mejorar nuestra capacidad de resiliencia. De modo que podríamos establecer la siguiente fórmula:
Confianza en ti mismo + Habilidades Sociales + Creatividad + Sentido del Humor + Autonomía + Iniciativa + Introspección + Sentido Moral + Dar sentido a lo sucedido = RESILIENCIA
Espero que a pesar, o gracias, a las adversidades de tu vida puedas descubrir la maravillosa perla que se esconde dentro de ti.
Bibliografía
- Cyrulnik, Boris. (2005). Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida. Barcelona: Gedisa.
- Pereira, Roberto. (2010). Trabajando con los recursos de la familia: Factores de resiliencia familiar. Revista: Sistemas familiares, año 26 Nº 1, pp 93-115.