El pasado fin de semana estuve en una boda de un familiar muy querido para mí.
El novio durante los últimos meses de preparación de la boda trasmitía ilusión, felicidad y muchos nervios, pues estaba organizando el comienzo de una etapa muy importante para la feliz pareja, que comenzaría con su ceremonia de boda junto a la cena y fiesta posterior.
En las semanas previas me pidió que hiciera un monólogo para la fiesta posterior a la boda y no me pude negar. El tema final que le propuse fue 3 secretos para un matrimonio feliz, algo que les pareció estupendo a los novios. En un tono familiar y desenfadado trasmití estas ideas que están basadas en la experiencia profesional de muchos profesionales expertos en terapia de pareja, recogida en libros sobre el tema y en mi propia experiencia como terapeuta familiar y de pareja. Sin más dilación paso a describirte estas ideas que son aplicables también a parejas no casadas que quieran tener una vida duradera y feliz en común.
1. Gracias por lo has hecho por mí
El primer secreto para un matrimonio feliz es elogiar a tu pareja con frecuencia, ser agradecido por lo que hace por nosotros nuestra pareja, ser cariñosos, tener relaciones afectivo-sexuales frecuentes.
En definitiva que en la balanza haya más interacciones positivas que negativas.
2. Tú playa, yo montaña; pues vayamos al río
Hay una idea que tengo clavada a fuego en mi memoria desde que asistí a un Congreso de Terapia Familiar hace mucho tiempo y el Dr. Luis Beato, reconocido psiquiatra y terapeuta familiar sentenció en medio de su ponencia: el secreto para una pareja feliz está en la negociación.
Y es algo que he ido comprobando en mi andadura profesional con parejas por mucho tiempo.
La pareja está formada por personas distintas, que tienen ideas diferentes, aunque compartan algunos valores, pensamientos, y aficiones.
Por tanto, ser capaz de llegar a acuerdos consensuados garantiza la estabilidad y el buen funcionamiento de la pareja.
3. Emociones duras y emociones blandas
Stephanie Coontz en su libro Historia del Matrimonio menciona esta distinción que me parece muy acertada. Las emociones duras son aquellas que cuando surge un conflicto son más visibles, como la ira, la agresividad o el enfado. En cambio, las emociones blandas, se ocultan con más facilidad, y son la tristeza, el miedo, la ansiedad. Detrás de estás últimas se esconden la mayor parte del conflicto.
Por tanto, tendrás que conseguir que tu pareja exteriorice esas emociones blandas para poder afrontar esos problemas de forma exitosa.
Hay muchas más estrategias para un matrimonio feliz, pero he querido recopilar estas 3 por su importancia.
¿Y a ti, cuál es la estrategia que mejor te ha funcionado para que tu vida conyugal sea larga y feliz?